Carlos Alberto Ramírez Delgadillo; Poeta y escritor jalisciense, con el pseudónimo de André Michel, quien ha publicado su libro titulado “Introspectiva”®, (Editorial Plenitud), el cual contiene poesía y narrativa libre, con el que nos provoca en cada palabra de sus poesías y Escritos Introspectivos.
jueves, 29 de octubre de 2009
Mi sepelio será así...
4:10 a. m. Carta antes de morir... (Parte CXXVI). Continuación... 9 Julio 2002
Envuelto en un rebozo que no me asfixia, siento lo cálido de cada nota que trasciende más allá de mi percepción, de mi oído y me lleva a estremecerme por dentro, sintiendo que se me acaricia el alma.
Notas de música que me embalan hacia el más allá, comunicándome con esa parte de mi que me dice que soy humano y que vivo estoy, por gracia divina y de mi Dios.
Siento cómo se me eleva, cual si fuese un ángel sin alas, pero si con el corazón...
Son notas que me hacen sentir el firme deseo de escucharlas cuando muerto habré de estar.
Así lo dispongo. Quiero ser velado con esa música que me hace tener esta conversación interna conmigo y con Dios.
Quiero que mi alma sea envuelta con notas de nostalgia y de Amor; con sonidos de piano y violines; con música que me conmueve, hoy, que vivo estoy... y que cuando muerto esté, sentiré que sigo entre ustedes...
Quiero que la sala, con olor a crisantemos, señale que es mi sepelio; que la música de violines, indique que mi condición de mortal, entre ustedes, ya no está.... que la música más bella del mundo, sea el preludio de mi entrada triunfal al más allá, en presencia de mi Dios.
Quiero que la música de fondo sea un canto de ángeles; música celestial; violines y pianos ejecutados de forma magistral... más no así, que el llanto irrumpa en mi velada paz.
Que el violín llore y el piano solloce entre notas de ángeles y velen mi eterno descansar; pero que el dulce penar de mi madre y padre no penetre mi tranquila serenidad...
Que el lamento de mi gente, no infrinja mi firme deseo de querer mi alma aliviar.
Declaro que el violín y el piano, por mi, habrán de hablar. Dulces notas de Amor y fe, tan sólo habrán de ejecutar...
¡Si, por favor! No quiero a nadie ver llorar. Que el llanto de sus ojos, se transforme en una oración cuando nos veamos en el más allá... Pero que hoy, que me fui, no mengüe su deseo de volar, de vivir, aquello que yo ya no pude.
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