Hacerte el Amor...

Hacerte el amor...

Te veo venir, con esa postura que señala qué eres, lo que presumes: Toda una mujer.

Sonríes y en cada suspiro, exhalas el deseo que llevas por dentro, mujer de bellos sentimientos, mujer de bellos pechos...

Me observas con ese mirar que sólo tú puedes dar, señalando que al amor quieres jugar... que conmigo deseas amanecer.
Encuentro tu mano con la mía, transpirando casi de agonía. Temblando quizás por sentir mí compañía. Sintiendo el clímax que nuestros cuerpos despiertan al acariciar...

Sentado a tu lado, sintiendo tu contorno, redondeado... Excitado al paso de mis torpes manos... Descifrando el mensaje que tus caderas me dictan, que tu vagina me encomienda y que tu clítoris me dicta... entre líneas...

Heme aquí, con mí ser sobre el tuyo. Mirándote en completo desnudo, posando mis labios a través de tus veredas, de tus colinas, de tus aposentos de feminidad... erguidos tus pechos al roce de mí mirada, de mí tacto encendido, transpirando líquidos de pasión de entre tus piernas, señalando que estás lista para recibir mí candor...

Como un corcel, con fino galope, me aventuro por tu virgen estepa, surcando tus castas praderas; dejando huella de nuestra pasión, nuestro amor... marcando con tu inmaculado aroma, en mí pecho ileso, aquel sentir de una diosa por alcanzar el ansiado orgasmo... cual sí fueses tan poderosa, cual fina mujer te dignas ser... ¡Oh bella mujer portentosa!...

Escuchar tu latir, al unísono con nuestra pasión, sin control, envolviéndonos en nuestro calor, contagiándome en el máximum ardor por recorrer cada centímetro de tu cavidad erótica... por llevarte a la complejidad del amor... ¡Oh ilustre moza, de finos y bellos ojos, me iluminas el corazón!...

En el vaivén de mí virilidad, interno en lo más profundo de tu cavidad, escucho a tu virginidad gritar: ¡Tómame, soy tuya, hazme delirar!...

Para al finalizar, tomando de tu deidad, la joya más bella:

Tu corazón...